lunes, 23 de mayo de 2011

CONDUCTAS REPROBABLES VOL.15
















La muerte os sienta tan bien...


Bueno queridos amigos, ya hacía tiempo que no escribía y la cabeza se estaba oxidando y eso no puede ser. Cabeza destructora es una compleja máquina de hacer la puñeta, un destructor del conformismo, un incinerador de las conductas odiosas de la sociedad!

El tema que hoy me ocupa es lamentablemente, la muerte. Cabeza destructora como ser vivo en sí que es, posee familiares, allegados y conocidos que lamentablemente perecen con el paso de los años.

Pero el tema, no va a ser por qué la gente muere y la tristeza que eso nos deja, sino la actitud de la gente en los funerales.

Sí amigos porque para mucha gente los funerales es como ir al cine, llegan los últimos se quedan de pie en medio de todo el mundo o irrumpen porculeramente y hacen levantarse a toda la fila, para que puedan sentarse cómodamente. Claro que sí joder, un conocido o familiar a muerto, pero tú no puedes estar ni a la hora para rendirle tus respetos, al carajo el protocolo!

Otro gran problema son los dispositivos móviles, que digo yo que la gente no entiende el concepto de "apagar el móvil", pues que coño, siempre salta algún tonito predeterminado del nokia y el ritmito reguetonero de los cojones. A mi me da auténtico pavor, porque cualquier día el difunto se levantará del ataúd y le arrancará la cabeza al tontito de turno. Es que no tenemos respeto por los demás? De verdad es tan difícil apagar o como poco poner en silencio el móvil? No es suficiente dramática la situación como para que encima tengamos que aguantar el móvil de turno con el POKER FACE de LADY GAGA?

Pero mi conducta preferida (y como preferida me refiero a que mataría a más de uno) es en la que la gente se dedica a contarse sus cosas mientras el cura está haciendo lo propio. Los entierros son momentos feos de la vida en la que gente que no se ve desde hace mucho, se vuelve a reunir. Pues bueno, en vez de esperar a que termine todo, quedar un poco más tarde para tomar un café y ponerse al día... pues no, toda la santa misa de difuntos hablando de capulladas y de chuminás, que si no se quien se casa, que si tu hijo que mayor está, que si me pica el culo... De verdad que no hay un corazón ahí dentro? Familiares llorando, allegados, dolor impregnando la estancia y la gente no se le ocurre otra cosa mejor que hablar en voz semialta (porque la gente lo de susurrar le suena a la película de robert redford) todo el rato de tonterías? Vamos por favor, si existe dios donde está el castigo divino? Como poco se te tendría que caer la cruz encima por maleducado, como le pasaba al cura en el Día de la Bestia. Por favor.

Pero bueno en la penúltima misa a la que tuve que asistir ya fue el acabóse. Un señor a mi lado de aspecto bastante hortera, no se le ocurrió otra cosa que mientras el cura hablaba, era buena idea quitarse los zapatos. Así que ahí estaba el tío descalzado en la iglesia con sus calcetines burdeos... que no hay cosa que me aterrorice más, con sus pies en la fría losa de la iglesia. Hay que ser muy cabrón oiga, después la gente preguntará que si huele a muerto y será usted con su bubónica pestilencia de pies.

No es que sea yo católico, pero me parece de rigor que el que va a un sitio así, sea por lo menos educado y tenga una cierta compostura porque si no, para que coño vas?

El día de mañana tú también morirás y no te gustará que suene el chiki chki en tu misa, perro. Porque que será lo próximo? botellona en el tanatorio?

1 comentario:

  1. A mi ya no me molesta el hecho en sí de que suene un móvil en el momento menos adecuado, sino el consabido "Síndrome del Nokia Tune" que consiste en que una persona sin puta idea de nada se deja puesto el tono por defecto de su nokia, ya al sonar a viva voz en cualquier espacio provoca que todos los usuarios de Nokia se tienten los bolsillos nerviosamente. Ese momento de shock y desconcierto es lo que interrumpe realmente las reuniones.

    Luego está el que pone el tono a toda leche y deja la vibración. Hay que plantearle a los fabricantes de móviles que además el dispositivo emita flashes y descargas eléctricas para que, la gente que no se entera de que su teléfono está sonando pese a que suena como una puta verbena de bolsillo y que además vibra como un puto toro mecánico en miniatura, tenga esa inquietud de intuir que algo le llama la atención y que puede ser su teléfono y no el de cualquier otra persona.

    En los entierros una figura que me toca los cojones soberanamente es la de "la más amiga del mundo". Es esa señora que vivió durante mucho tiempo en el entorno del difunto y que lo quiere mucho más que tu, mucho más que su mujer, sus hijos y todo Cristo… cuando además se sabe perfectamente que el difunto en cuestión aparte de reirle tres chistes y de tomarse un par de cervezas no la podía ver ni en pintura. Esa señora (porque suele ser señora) es la que adelanta coches hasta ponerse tras el coche fúnebre, la que llora más fuerte de toda la puta iglesia, la que recuerda al cónyuge del difunto que es el peor día de su vida cuando ya se iba calmando… una joyita vaya.

    El señor de los juanetes con calcetines burdeos buscaba la paz espiritual y el fresquito de la piedra vetusta. El verano ya llega y los modales se nos olvidan. Es un señor y no se le debe reprochar, cuando llegue usted a su edad podrá ir descalzo a ver el papa y no habrá nadie que le tosa.

    Para los amigos del botellón de difuntos, esos que se ponen al día en los sepelios sólo les deseo que pase lo mismo en sus entierros. Porque estas personas son las que están deseando pasar el mal trago con una cervecita en el Salvador, pero que piensan que en su entierro tiene que haber legiones de familiares llorando en acorde al borde del ataúd. Un claro ejemplo de hipócrita de libro.

    Es verdad que estas situaciones son tortuosas y que hay gente que se lo tome así, pero hay que verlo con cierto aire de normalidad. Es por eso que hay bares en los tanatorios.

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