Cabeza destructora nació como tal, una simple masa espongiforme y humeante que iba a ser devorada por un zombie con stress post-traumático.
No se sabía de su padre, no se sabía de su madre, por eso odiando todo lo odiable, decidió escribir un blog como venganza contra un mundo que le había dado la espalda.
Así, este blog es el último sitio al que una persona coherente se dirigiría. Hablando de cosas más o menos absurdas que preocupan más o menos a la cabeza, siempre será la última opción de lectura para madres y profesoras de colegio.