Turba Wars
Ante todo Feliz año y felices fiestas a todos, ya que si bien no soy muy propenso a las felicitaciones de este tipo, me veo en la obligación dadas las fechas que nos envuelven. Y como no hay momento mejor que estos días para salir a la calle y hacer las típicas compras navideñas o disfrutar de un ratito en compañía de los nuestros para comer, cenar o dar un "paseo" por la ciudad.
Si amigos, entrecomillo paseo porque el que crea que va a pasear por Sevilla en estas fechas está totalmente equivocado, sobre todo por el centro.
Al parecer el ayuntamiento tiene contratados como temporeros hordas de individuos que emergen de las aceras y salen de las farolas para putearte cualquier maniobra/acción/compra que quieras hacer en navidad. Sincronizadamente aparecen todos los días desde principios de diciembre hasta finales de enero (porque incluyo las rebajas de los cojones) para hacerte la vida imposible. Grupitos cantando villancicos flamenquitos por la calle, que no hay una cosa que más odie que la manía que hay en Sevilla de hacer de cualquier fiesta un tablao flamenco. Que te casas, ponen sevillanas, que es navidad, villancicos flamencos, el cumpleaños de tu prima, a bailar sevillanas, venga ya coño!
Bueno además hay un equipo de competición profesional y entrenado a matar de señoras y señores con el puto carrito de los bebés que como si de un rompehielos se tratara, arramplan con todo lo que haya por delante. Los taxistas de la turba, ellos tienen preferencia y les suda si te llevan por delante si al niño del carrito le clavas el paraguas en un ojo, o si el pequeño muere enterrado. No es su hijo, en realidad es un señor disfrazado de infante preparado para robarte la cartera al mínimo descuido.
Es una pesadilla, la turba te entierra y te ves inmerso en un bosque de señoras impertinentes con bolsas de los centros comerciales de marras con sus diseños de navidad de marras que hacen que psicológicamente autojustifiques haberte gastado el dinero que te descontarán después de reyes. Bueno pero da igual, luego lo cambio y lo compro más barato. Hasta dónde vamos a llegar por favor!
Ayer por ejemplo, pasaba el Heraldo Real por la calle Sierpes y aquello se convirtió en la película bienvenido Mr. Marshal, miles de personas esperando a ver a un señor que decía ser el emisario de los reyes magos de oriente o a personas, como es el caso de este año, Cayetano Martínez de Irujo, un señor de de Madrid. Para que al final pareciera que pasara en un ferrari porque en cuestión de media hora, se había disuelto el tumulto. Y todos a casita. Mientras tanto señoras y niños "cortaban el paso" a todo el que quisiera ir a su casa. Esa gente que se convierte en portero de discoteca cortando el acceso a cualquier ser viviente, sea niño, adulto o anciano. A un pobre señor, octogenario al menos, con su carrito de la compra ni lo dejaban cruzar la calle para ir a su casa, al grito de "por aquí vamos a tener que cortar el paso ya". Lo que me hace pensar que realmente están contratados por el ayuntamiento, señora la calle es suya coño para que usted me prohiba pasar? Apártese que le endiño!.
Señores en estas fechas prima más la economía y el bienestar personal que el pensar en los demás. Quizá es que el espíritu navideño yo no lo entiendo, pero eso no creo que sea muy navideño.
La crisis ese gran fantasma de las navidades pasadas al más puro estilo Dickens que poco a poco de desvanece como el humo de los cigarrillos de nuestros bares y restaurantes. Las tarjetas echan chispas y los locales y centros comerciales están a reventar aplastando el recuerdo de la austeridad y el desempleo. Mientras se forman kilométricas colas para que te envuelvan los regalos, que me parece de lo peor, la vagueza personificada. Porque envolver un regalo ni es una ecuación matemática alegórica, ni el papel de las tiendas es de oro con cristales de Swarovski. Vamos que es un papel de mojones con el loguito de la tienda. Pues nada colas y colas para que te envuelvan los regalos. Surrealista.
La turba aflora las peores conductas reprobables de la gente y aunque estéis pensando: pues no vayas al centro mierda que eres un mierda. Tendréis razón, pero aunque yo ya había comprado mis regalos navideños, me considero vigilante del entorno. Y como tal, me veo en la obligación de observar los comportamientos sociales y humanos para nutrirme para escribir este blog. Que no tendría sentido sin ese oscuro pasajero que todos llevamos dentro.
Feliz navidad amigos míos.
Fantástica observación querido amiguete, pero al factor cañí de aflamencar hasta los funerales hay que sumar el factor capilla que consiste en fijar un día al azar en el calendario y sacar Cristos, Vírgenes, bandas, costaleros y familiares enfervorecidos por la entrega de sus conocidos. Son como concentraciones de moteros paro más abundantes y molestas.
ResponderEliminarEfectivamente el factor carrito de niños es para hacer una tesina. Un adelanto: ¿problemas de natalidad en España? Y UN CARAJO!!!
Ante esta situación que describe de turba el sevillano medio te suelta el "nosotro etsamo acohtumbrao pro la BULLA de la Semana Santa de Sevilla ¿si o no?". PUES NO HIJO DE LAS SIETE MILLARES DE PUTAS!!
¿En las semanas santas de otras ciudades no hay gente? y aunque no fuera semana santa ¿acaso no hay aglomeraciones en cualquier sitio?. Un ejemplo más de la mentalidad centralista hispalense: El "Esto es muy típico de aquí", que cuando se lo rebates te salta con un "¿¡ah en los pueblos también!?". Son esa raza de pseudo-humanos que a la calle principal de cualquier pueblo la llaman Sierpes.
Seamos coherentes. Es normal que el sevillano orgulloso se apropie de los valores y costumbres de otras ciudades pro dos factores:
1) Sevilla es una puta ciudad se mire como se mire, y no hay mar, ni huerta, ni sierra ni poyas. Las costumbres culinarias y culturales se nutren de las colonias de sevillanos que se mueven como las plagas y vuelven mutados con ganas de colgarse un pin.
2) El "mas-grandismo", es decir, la capacidad que tiene el sevillano de atribuir a cualquier cosa que considere propia como "lo más grande". La última que he escuchado es esta. Resulta que la feria de Sevilla es la feria de abril pero hay años que tienen que hacer encajes de bolillos con los calendarios para que esto case y convine con la semana santa. Pues bien, el otro día me dice un sevillano de pro "¿pues sabes que el ayuntamiento y los organismos encargados de las fiestas están intentando que la feria sea de 10 a 14 días? Es que pal turismo y eso sería mejor, y lo que no puede ser es que la feria de Málaga dure más siendo la de Sevilla la más importante"… ole tú amigo sevillano.
Este tipo de cosas son las que me hacen soñar: los itinerarios de los millones de pasos oficiales y no oficiales de la semana santa, la pluralidad en las cabalgatas dentro de la misma ciudad, las clases y clases en la feria de Sevilla… Adoro esta ciudad, y sobre todo que sus ciudadanos se vayan a vivir al Aljarafe. Dios los bendiga, porque así no tendrían las mismas pamplinas que los madrileños con los "gatos".
Me encanta el tema de envolver regalos en tienda, porque pierde totalmente el sentido. De repente la noche de reyes le das a tu suegro un paquete con el logo bien grande de Super Perfumerías, y el bueno del suegro en un esfuerzo por conservar algo de misterio pregunta en voz alta mientras quita la cinta adhesiva "¿qué será, qué será?"
El espíritu navideño, estimado amigo, sólo lo gastan quienes se lo pueden permitir… y me temo que estos prefieren cambiarlo por un cheque regalo y salir pitando.
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ResponderEliminarMe descojono la verdad
ResponderEliminarAdemas este año de crisis ha sido el que mas gente ha habido..aderezados por Heraldos, cabalgatas de hermandades y un nuevo fenómeno que se veía venir.
Bandas de S.Santa o 10 chavales de bandas tocando y dando vueltas por el centro o apostándose donde les sale del alma en Sierpes o Tetuan para tocar el Waka Waka a ritmo semanasantero y hacer que la gente compre a gritos...
qué ciudad.